Evidentemente nuestro trabajo consistirá en fomentar su confianza y en encauzar las conductas problemáticas relacionadas con la ansiedad. Es conveniente contar con la ayuda de un veterinario etólogo, que nos enseñará cómo actuar en cada caso.Para sintetizar, de manera general, estos sencillos pasos pueden ayudarnos.
- Debemos aprender a reconocer los signos de estrés o inseguridad. Observaremos su comportamiento, la posición de rabo y orejas, o incluso que orine o defeque fuera de su lugar habitual si se encuentra muy ansioso.
- Actuar de manera pausada y claramente definida para nuestro perro, enseñarle que puede confiar en nosotros. Trabajar las habilidades básicas de obediencia como sentarse, quedarse quieto, tumbarse o recobrar objetos ayuda a construir su confianza. Si somos consistentes en nuestro estado de ánimo, se lo transmitiremos a nuestro perro y así sabrá qué queremos de él.
- Podemos modificar el lenguaje corporal de nuestro perro a una postura de confianza. Por ejemplo levantar la cola hacia arriba a una posición de confianza o normal si la lleva baja o escondida, o subirle suavemente la barbilla si lleva la cabeza baja.
- No haremos caso a nuestro perro cuando esté inseguro y lo alabaremos cuando se muestre seguro y confiado, sobre todo en casos en los que se muestre previamente temeroso o asustado. Evitemos mimarlo ya que estaríamos reforzando su comportamiento indeseado.
- Proporcionaremos un refuerzo positivo, recompensaremos su buen comportamiento con golosinas o elogios. Evitemos el uso de la fuerza o el castigo, pues generaremos más inseguridad.
- Proporcionarle en la casa un espacio donde se sienta seguro, y que sienta como propio.
- Nuestro perro recoge y siente nuestras emociones, por lo que si nos sentimos ansiosos o inseguros, nuestro perro puede sentirlo y será un reflejo nuestro. Transmitir serenidad, templanza y estabilidad emocional es básico para que nuestro perro nos valore positivamente.
Fuente: El Blog de ARION
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