1. Asociar el corte de uñas a algo agradable. Podemos ayudar a nuestro perro a aprender a tolerar e, incluso, a disfrutar del corte de uñas. Si lo asocia a su golosina favorita, el inicio del juego que más le guste o un paseo, ¡el perro puede llegar a adorar este momento! Por ejemplo, podemos empezar cortando o arreglando una uña y dándole a continuación una pequeña golosina, y así sucesivamente hasta terminar. Tras unas cuantas experiencias positivas, llegaremos a cortar todas las uñas y el perro esperará impaciente su premio solo al final.
2. Tomarnos las cosas con calma. Lo último que queremos es asustar a nuestro perro o que se ponga nervioso. Debemos cortar lentamente las uñas e ir poco a poco. A veces es mejor recortarlas parcialmente hasta que se acostumbre al proceso. Nos tomaremos tiempo extra y procuraremos que nuestra mascota esté en una postura que le resulte cómoda y no se sienta oprimida.
Nosotros estaremos calmados, hablaremos en voz baja e intentaremos en todo momento generar un ambiente de relax.
3. Elegiremos unas tijeras adecuadas. Hay dos tipos de tijeras de uñas: de tipo guillotina y de tipo de tijera. Elegiremos las que nos resulten más cómodas de uso o aquellas que nos aconseje nuestro veterinario por el tamaño o forma de la uña de nuestro perro.
A la hora del recorte sujetaremos firmemente la uña y la mantendremos en ángulo recto, si usamos unas tijeras o introduciremos la punta de la uña en la guillotina si este fuera el caso. En este caso, la uña se corta de arriba abajo, no de lado a lado.
Es conveniente contar con polvo hemostático por si fuese necesario, en caso de un corte excesivo. Recuerda que la aplicación de este les produce picor, no olvides mantener fuertemente sujeto a tu perro al aplicarlo
4. ¿Hasta dónde corto? Si nuestro perro tiene las uñas claras, no es problema. Cortaremos unos dos milímetros por delante de la zona vascularizada, que se verá de color rosa. Si las tiene oscuras, o negras, iremos muy poco a poco, empezando por la punta, y miraremos el borde expuesto de la uña. Con el tiempo, veremos un óvalo de color gris o rosa empezando a aparecer. Dejaremos de recortar al verlo.
Si cortamos en exceso es posible que provoquemos un pequeño sangrado y una molestia a nuestro perro. Aplicando el polvo hemostático dejará de sangrar rápidamente.
5. Por último, ¡no olvidemos los espolones! Si nuestro perro tiene espolones, es muy frecuente que nos olvidemos de cortarlos. Debemos prestar atención siempre a su longitud, pues, de lo contrario podrían crecer en exceso y clavarse, generando mucho dolor y pudiendo infectarse.
Fuente: El Blog de ARION
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